En julio del 2009 un avión IAI Kfir se precipitó a tierra en Colombia. Sus dos pilotos eran israelíes quienes volaban un avión supersónico de combate con escarapela colombiana en los cielos de un país latinoamericano fronterizo con Venezuela.
Durante el asilo de Zelaya en la embajada de Brasil en Honduras se usó equipamiento de tortura por frecuencias sonoras dañinas al sistema nervioso. Israel estuvo involucrada en la posesión de este sofisticado dispositivo en manos del ejército de uno de los países más pobre del continente.
Pero no es nada nuevo la relación del estado de Israel con la dictaduras de América Latina. Durante la Dictadura en Argentina Israel fue uno de los pocos en venderles armas usadas a los militares a pesar de las restricciones impuestas por Jimmy Carter. El reparto de guita en comisiones, a través de Isrex argentina S.A., por comprar chatarra, en la FAA, iba del Suboficial Mayor al Brigadier más conspicuo. En esos tiempos Israel colaboraba con el proyecto de un helicóptero militar con la Sudáfrica blanca del apartheid.
Que tengamos a este muñeco en la policía de Macri, declarado anti Chávez, es apenas una perlita, no da ni para novedad en el frente. Sin embargo: ¿Qué revuelto todo no?
Ciro James escucha a Sergio Burstein, familiar de una de las víctimas del atentado a la AMIA, trabajando en el Ministerio de Educación porteño para Narodowsky.
El Fino Palacios, ex jefe de la Metropolitana, a quien Macri confía a su familia, tiene causa por encubrimiento del atentado y ahora nombran a Mellincovsky vocero de la Metropolitana.
Que lo hayan nombrado ahora no quita que esté colaborando desde el inicio, incluso durante la jefatura de Palacios y Chamorro. ¿Habrá sido idea suya que Ciro James espiara a Burstein? ¿Israel estará padeciendo el síndrome de Estocolmo? ¿Quién puso la bomba? ¿Irán? ¿Entonces para que se obstruyó la justicia? ¿Burstein es iraní? ¿Por qué lo espiaban?
El Dr. Oyarbide tiene la potestad para encontrar algunas de las respuestas. No se si tiene el poder.
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