Cuando nos levantamos heridos, con la resaca de los sinsabores que da una derrota, en esas mañanas donde no da ganas de despertarse, vos, Cristina, estás ahí, gobernando, anunciando obras, diciéndole de frente al antipueblo que si algo te sobran son ovarios. ¿Cómo no quererte? ¿Qué valor puede tener nuestra piel si no la dejamos para cuidarte?
viernes, 5 de marzo de 2010
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