Mientras los milicos chilenos ya llevan encarcelados por los saqueos un número de personas cercano a 1/3 de las cifras oficiales de muertos, las inmobiliarias de Santiago se apresuran a declararse en quiebra para evitar las demandas. La defensa de la propiedad privada no entiende de hambre y sed pero si de concurso de acreedores.
martes, 2 de marzo de 2010
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