No porque me parezca una bomba Sarah Fergurson, por más pose que le ponga a su desabrida condición de inglesa. Me refiero a su letalidad.
Por ahora el salpique de bosta que le toca al príncipe Andrés, su ex marido, los medios lo disimulan. Le cayó al lado, muy cerca, veremos si con el correr del escandalete lo alcanza alguna esquirla. A ojos de la reina Isabel II y en boca del establishment ella es la colorada puta que le sigue complicando la vida al pobre principito.
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