jueves, 10 de junio de 2010

Si Holanda se va a la derecha se cae en Alemania

En Amsterdam uno puede visitar la casa museo de Ana Frank y no hay forma de dejar de sentir muchas cosas al estar allí. Las paredes hablan. Siempre se imaginan botas alemanas pateando esas puertas, pero en la Holanda ocupada por Alemania hubo holandeses que se prendieron gustosos a la cacería de judíos y resistentes.


Cartel de reclutamiento de las SS: Más de 25.000 holandeses se incorporaron a esa fuerza que combatió contra los rusos en el frente del este.

Adrián Anton Mussert, líder del NSB, el partido nazi holandés, en claro ascenso en la obtención de escaños de elecciones hechas para los tiempos de la llegada al poder de Hitler en Alemania en los '30. Luego de la ocupación colaboró como segundo del comisario político del Reich en Holanda Arthur Sayss-Inquart. Al igual que la derecha noruega, francesa, belga y la inglesa de haber invadido Gran Bretaña, la derecha holandesa no tuvo problemas con el nuevo régimen de ocupación. También tuvieron sus pequeños hitlers: Laval en Francia, Quisling en Noruega, Antonescu en Rumania, Degrelle en Bélgica.

Mussert capturado. Fue fusilado en La Haya en 1946.

El grupo Henneicke Column, liderado por Wim Henneicke y Willem Breidé, capturaban judíos a U$S 50 por cabeza y reventaban los refugios de la resistencia holandesa, cuyos miembros ajusticiaron a Henneicke después de la guerra. Breidé murió de vejez en Alemania en 1962.


Geert Wilders, líder del xenófobo Partido de la Libertad, el nuevo monstruito de los que Holanda sabe dar en ascenso en los escaños como en los años '30. Cuando entra en crisis económica Europa se pone a parir nazis.

4 comentarios:

Verboamérica dijo...

Holanda es bien hipócrita: su socialdemocracia siempre guardó bajo la alfombra esos años y su pasado colonial en África.

el ojo con dientes dijo...

Muy buen informe Che Genetic!

Che Genetic dijo...

Gracias. Anduve por el tuyo mirando a tus cachorras.

Billii dijo...

Hay una plícula Alemana que se llama "La Ola", vale la pena verla, aunque es un poco exgerada.
Plantea las condiciones ideales para el resurgimiento del nazismo o los gobiernos totalitarios europeos.
El final es malo, pero el principio muy gráfico.