Los grupos mediáticos occidentales tienen la habilidad de plantear como escándalo la situación de los presos en Cuba, estando en funcionamiento en territorio cubano la gran mancha moral de Occidente que es Guantánamo. Ni hablar de los medios españoles, por cuyo territorio los aviones de la CIA hicieron escala para llevar a los prisioneros allí, sin asistencia de abogados, en un limbo legal que significa usar territorio fuera de EEUU y en la paradoja que ese territorio sea en Cuba.
Hoy llenan páginas con titulares mostrándonos fotos de Fariñas convaleciente. No fotos filtradas como las de la cárcel de Abu Ghraib, sino fotos que se obtienen sin censura. En cambio de Guantánamo hace meses que no se inspiran con ningún titular.
Es demasiado obvio, parece un chiste que hablen de presos en Cuba sin hablar de Guantánamo, un enclave colonial como Puerto Rico y como toda base de EEUU fuera de sus fronteras. Porque Guantánamo reúne todas las faltas de garantías, ni el más mínimo derecho humano se cumple, bajo mandato del país adalid de la democracia y la libertad.
Del gobierno cubano los medios occidentales pueden mostrarnos las peores miserias escritas como verdades irrefutables. Para eso se basan en testimonios de testigos nunca imparciales, la diáspora cubana financiada con dinero que sale de partidas de presupuesto del mismo país que sostiene los gastos del centro de tortura de Guantánamo .
Las torturas no sólo fueron admitidas, fueron defendidas por el Vicepresidente de los EEUU Dick Cheney. Pavada de testigo. El mismo que dio la orden y aún la sostiene sin arrepentimientos. ¿Cómo titularían esos mismos medios si Fidel Castro hiciera eso? ¿Cómo quedan en la Historia los fusilamientos de 1959, de los cuales aún cacarea Occidente, comparados con pilas de árabes desnudos para el placer perverso de personal femenino del ejército de EEUU? O ante un perro a milímetros de comerle la cara a un árabe con las manos esposadas sostenido de la correa por un sargento que luego iría a tomar cerveza con sus camaradas de armas y a reírse del horror que acababan de causar.
Del cinismo de un Dick Cheney pasamos a la hipocresía de un Washington Post y de allí a todas las redacciones de la derecha más hedionda que se tenga memoria. Después del 11 de Septiembre del 2001 EEUU levantó árabes de todo el mundo, llamando a los viejos muchachos de la CIA que en la era Clinton se fueron a la actividad privada, ocupando grandes cargos de empresas que irían a comerse a sus competidoras en todo el mundo. Era la época que los yuppies leían "El arte de la guerra".
Volvió Negroponte, por ejemplo. De los Contras de Nicaragua a Iraq, una nueva aventura colonial. En realidad nunca se van.
Y con la gran ayuda de las fuerzas de seguridad de Occidente, tan sólo en Italia 1.000 árabes están en condición de desaparecidos. Hay que imaginar a sus parientes, inmigrantes en una Italia que no los quiere o campesinos de algún pueblo en Túnez. ¿Por dónde empezarían para presentar un hábeas corpus?
Patearon puertas, los cargaron en furgonetas, los torturaron, la doctrina de seguridad nacional al mango, bastaba figurar en una agenda de teléfonos o en las direcciones de un e-mail. Esta vez no fue en Sudamérica como en los '70 o en América Central en los '80, sino en Europa, la que se supone derrotó al nazismo hace 60 años.
Conocemos Guantánamo pero nada sabemos de todos los otros campos de concentración, interrogatorio y tortura distribuidos en el Este de Europa, en países que pasaron demasiado rápido de la KGB a la CIA.
Así estamos, llevados de las narices por redacciones de noticias que ya son laboratorios de manipuleo masivo y global, sumisas a la agenda que el poder real con sus amigos, los dueños de los medios, confeccionan y hacen circular.
Recorte: El País.es, del grupete de Berggruen
No hay comentarios:
Publicar un comentario