FIBERTEL: ¡FELICES LOS NIÑOS!

Si en la página IP DETECTIVE uno escribe un número IP, el sitio da una data de proveedor de Internet y la localización geográfica con cierta exactitud. No es donde está la persona frente a su PC. Tal vez responda a la localización de alguna antena, servers o vaya a saber uno que cosa del proveedor.

Poniendo un IP de un cliente de FIBERTEL las coordenadas nos llevan al predio de FELICES LOS NIÑOS en Hurlingham:

Puede ser casualidad ante el error posible de localización, pero qué casualidad. Porque me puse a pensar en Fibertel, Felices los niños, padre Grassi, Telenoche Investiga, Clarín, Magnetto.

Si Clarín pudo poner a gran parte de los argentinos en contra del gobierno actual, siendo la franja que más chilla la más beneficiada económicamente en estos años:

¿Contra cuántas personas, individuos, indefensos ante el monstruo nos hizo Clarín odiar y lapidar a cuenta de la Justicia? Luego si no lo lograba tendría los jueces de la nómina para completar el trabajo.

Supongamos que Grassi abusaba de los internos menores de edad, hasta démoslo por hecho, Clarín lo sabía tal vez de hace mucho tiempo y por algún temita (el predio está lindo para quedárselo), alguna contrariedad que le provocó Grassi a Magnetto o a Ernestina hizo que le tiren con Telenoche Investiga. ¿A cuántos obispos pedófilos les habrán besado el anillo sin ponerse una cámara oculta en el botón?

Es que lo que ya sabemos de Clarín y de Magnetto da para pensar. ¿A cuántas personas Clarín habrá sometido a este tipo de castigos? ¿A cuántos como sociedad receptora del gran hermano omnipresente TN nos habrán hecho odiar, enviar al ostracismo con sólo leer el zócalo sordo mientras esperábamos en alguna sala de espera? Tal vez por causas banales comparadas con las del padre Grassi, pero igual de eficientes a la hora de la aniquilación pública.

En estos 34 años de impunidad convertida en grupo económico, en estos 30 años que Moltini, de Cablevisión, dice no haber visto nunca algo así. ¿Cuánto daño más habrán hecho? Me refiero a daños masivos y a los menos perceptibles, los daños individuales, personales, destinos truncos por los arrebatos esquizofrénicos de la calle Tacuarí.