Los formadores de precios y la madre que los parió

Nestlé Argentina importa y comercializa en Argentina el Nescafé Gold fabricado en Nestlé AG de Alemania. Al momento de batirlo el aroma es de hostia. Hace un par de años la escala de valores era achatada desde el Nescafé Dolca Suave, Dolca, Clásico, Gold y Espresso. Desde los $8, $9, $11, $18, $27respectivamente.

En el transcurrir al Clásico lo aumentaron de precio separándolo del Dolca. De una diferencia de $2 pasó a $8 entre los dos productos. Eso sí, viene con nuevo envase, como si uno hiciera el café con el vidrio.

El Gold de 100gr. de $18 ahora pasó a $30 siendo que el dólar en el mismo período pasó de 3,50 a 3,90. O les aumentaron los aranceles o le mandaron un margen divino, porque en los Carrefour de Francia 100 gr. de Nescafé Gold no se mueven de 3 euros y chirolas ( $17 mangos de acá) desde hace rato.

Este es sólo un ejemplo sibarita, pero lo hacen con todo. Lo hicieron durante el conflicto sojero, este año previo a las paritarias. Son unos sinvergüenzas. Me cortaría el brazo por haber guardado un paquete de galletitas Express hace unos años atrás, para compararlo con los que vemos hoy en las góndolas. Cada vez traen menos y eso es en lo que se ve, es de imaginar que se debe sacrificar mucho de la nobleza de las materias primas en ceremonias al dios Costo.

Luego están las opciones. Si al café lo queremos acompañar con tostadas con alguna mermelada, vemos que hay Campagnola, Esnaola y la comparamos con la de Arcor, al pedo, las tres son de Arcor ahora. No sólo los medios están monopolizados. Cuando fue el conflicto de Kraft se propuso no consumir sus productos. Basta dar una vuelta por su página para ver que Danone, Arcor, Cadbury y Kraft acaparan la mayoría de las marcas que alguna vez pertenecieron a decenas de empresas distintas.

Cuando Danone compró a Bagley lo primero que hizo fue cambiarle el sabor a las Merengadas y el volumen de contenido de sus lácteos. Para los franceses los envases de 250gr eran una guarangada. Por eso la línea Danonino parece una muestra gratis. Cuando Cadbury compró la marca Mantecol a Georgalos le cambió la fórmula, hoy al Mantecol lo publicitan como la golosina nacional, ingleses del orto.

Porque eso compraron con chirolas en los '90 estos pulpos insaciables, no sólo el producto o la marca, sino el sentimiento que unía a los argentinos con esas marcas tradicionales, traicionados por un empresariado nacional que en los '90 se regaló al mejor postor.