lunes, 20 de septiembre de 2010

PLANETA CÁNCER: Rostizando chanchos en la Guerra Fría

A 0,016 segundos de iniciada la era nuclear.

Cuando los científicos de El Álamo iban a detonar la primera bomba nuclear, existían dudas de las magnitud de la explosión, podía perforar la atmósfera. Igual la probaron, a 200 Km de la frontera con México, sin avisarles, claro, ni al gobierno de México ni a los alcaldes de las ciudades de EEUU próximas a la explosión como Albuquerque, Santa Fe y Socorro, que estaba a sólo 50 km, la distancia de Buenos Aires a Escobar.

Hoy que estamos discutiendo sobre los civiles en la dictadura, es notable el papel de los científicos civiles de El Álamo inventando armas que pueden destruir el planeta, negándose a la orden del general en jefe del Álamo de dejar el guardapolvo por el uniforme por razones...éticas.


Si la nube radiactiva se trasladaba al sur en lugar de hacia el norte, cruzaba la frontera mexicana.


Para 1950 ya probada en Hiroshima y Nagasaki, sabiendo el daño que producía, se hicieron pruebas nucleares con tropas de la U.S. Army en trincheras al alcance del viento radiactivo.


Cuando tomó estado público, cuando los soldados morían de cánceres espantosos, decidieron hacer pruebas con chanchos, a los que les ponían unos trajecitos para estudiar la resistencia de uniformes en caso de exposición nuclear. Una barbacoa de cerdo gigante a la que se les pasó un poco el fuego. Si ya habrían freído un par de cientos de miles de japoneses, no iban a andar sintiendo culpas por los chanchos.
Los soviéticos fueron más allá. Jugando con EEUU una carrera de irresponsables que promocionaban sus éxitos en el espacio mientras en la Tierra probaban bombas nucleares. 

El 14 de septiembre de 1954, ya muerto Stalin y con Nikita Kruschev al mando de la URSS, el Mariscal Zhukov ordenó lanzar muy cerca de la ciudad de Orenburg una bomba nuclear que detonó a las 9:33 hs. a 350 metros del suelo en un radio de 10km donde vivían 70.000 rusos.

Ya que estaban mandaron tropas y tanques al epicentro para simular la ocupación del territorio bombardeado. La jodita costó decenas de miles de muertos muertos entre civiles y soldados, al poco tiempo y tras largas agonías. Hasta los pilotos del avión murieron de cáncer. 

Era un Tupolev Tu-4. Este avión era la copia exacta de un Boeing B-29, el que lanzó las bombas en Japón, producto de un B-29 que luego de una misión sobre Japón debió aterrizar de emergencia en la URSS durante la Segunda Guerra Mundial. El avión nunca fue devuelto por quienes en ese momento eran aliados de EEUU y de quien recibían toneladas de armamento para resistir a Alemania.

Hoy tanto Rusia como EEUU se ponen en el papel de comisarios sobre quienes pueden tener o no la bomba atómica, como si sus comportamientos al respecto hubiesen sido responsables.

1 comentario:

Leguar dijo...

Con razón lo del avión! me preguntaba cuando los rusos le compraon b-29 a los yankis. Pero ahora me hacers acordar lo de aquel b29 que cayo y no lo quisieron devolver ni en pedo, a pesar de los pedidos. Muy buen post compañero