martes, 7 de septiembre de 2010

SARKOZYSME: EL 2001 FRANCÉS VA A SER TREMENDO


Estaba en Francia cuando Sarkozy ganó las elecciones. Había tristeza y luto en la casa donde veíamos por televisión los resultados. Para mucho franceses los hechos de hoy en día eran claros hace 3 años atrás.

Hoy son muchos más los que comprenden el alcance del daño de su gobierno. Es que empezó con cosas más imperceptibles para la gran masa de las ciudades grandes. Una de sus primeras medidas fue centralizar las oficinas del correo, La Poste, en ciudades cabeceras cerrando las oficinas de los pueblos. Parece menor pero era el Estado Francés que se empezaba a alejar de la gente. Embebidos de neoliberalismo, el electorado se olvidó que su bienestar siempre vino del Estado.




El proceso de destrucción neoliberal en Francia llevó más tiempo que en otros países. Tuvo que vencer un Estado con instituciones muy fuertes y abocadas a mantener el nivel de vida de la sociedad francesa. Lo que se hizo en Argentina en una década a ellos les llevó dos. En los '90, la industria gráfica privada francesa junto a otras se vendió en su mayoría a capitales canadienses y de EEUU, al mismo momento que acá se vendían Bagley, Terrabusi y la industria gráfica también.

Para 1999 en Bretaña, noroeste de Francia, los habitantes de la campiña dejaban sus puertas con las llaves puestas por si algún conocido o pariente estaba por llegar. En el 2001 ya no lo podían hacer. La inseguridad a la que hoy culpan a los rumanos habría que buscarla en la dirigencia francesa que intentó imponer una Constitución Europea donde la palabra mercado figuraba demasiadas veces. De no ser por el electorado francés y holandés en la Unión Europea el neoliberalismo tendría rango constitucional. Hoy con las pruebas a la vista del desastre y la rapiña financiera insisten en sancionarla con ingenuas modificaciones.


Esto pasaba en Francia bajo gobiernos socialistas también. Sarkozy vendría a ser el que tira el resto del asado en la parrilla, carne del estado y no hay más.

El 2001 francés va a ser histórico, como cada vez que los franceses se hartaron de algo, la Revolución, la Comuna, la rebelión de los Poilus, la Liberación, Mayo del '68, siempre sangrientas. Tal vez con el tiempo, así como tildan a María Antonietta de la austríaca, los franceses quieran despegarse de Sarkozy diciéndole el húngaro.

Recortes: Liberation, Le Figaro, Le Monde, Al jazeera

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