Hace un tiempo uno pensaba que Clarín, diario que se leía en mi casa, el primero que leí cuando aprendí a leer, el que mi viejo con 82 años lo cambió por Página 12 y hoy lee sin hacerse mala sangre, no había informado las atrocidades de la dictadura por el mismo miedo de todos. Pero no.
Nos fuimos enterando que los dueños, directores, jefes de redacción y muchos periodistas de Clarín y La Nación fueron cómplices de corrupción, subversión económica, torturas y muerte con la dictadura.
Cuando uno lee esta editorial de Joaquín Morales Solá a dos días del desembarco en Malvinas no queda otra que pensar que no eran cómplices, eran los jefes, junto a un respetable número de patricios civiles, muchos de los que brindaron con champagne en 1955. Morales Solá ya muestra el descontento con la economía y hasta critica lo dejado por Martinez de Hoz, habla de Derechos Humanos a pesar que en esos años Ernestina ¿Dónde estará? Herrera de Noble aún daba de amamantar odio a dos hijos de desaparecidos.
Estábamos en plena euforia patriótica y los retaba por la economía. Los retaba porque ahora sabemos había estado adoctrinándolos en Tucumán. Le fallaron. Le fallaron a Clarín. Ya no les servían. No era el único, "El Campo" les levantaba el dedito acusador también. Todo esto con los pibes en las islas y los pibes en las mazmorras.
También está claro que Clarín, y esto va para los nuevos militares que egresan de las escuelas, hizo con la dictadura en la superficie militar lo mismo que dice el manual "Magnetto" y aplicado a los gobiernos civiles: apoyo inicial y despegue al final. Siempre hay lavalles y siempre hay salvadores marías de los carriles.
Editorial de Clarín, 4 de abril de 1982 a cargo de Joaquín Morales Solá. Sobre el final escribe con tinta que la raza política según él incluye a civiles y militares. ¿El plan de Massera?:
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