Escuchamos historias de mercenarios desde los que defendían al Imperio Romano en las mismas tierras del norte de África donde hoy son noticia.
Los alemanes tuvieron una larga tradición mercenaria, desde los lansquenetes que invadieron el Vaticano a los que, de una forma más contenida, con reglamentos y justicia militar severa, se alistaban en la Legión Francesa, peleando en esas mismas tierras africanas y en Indochina defendiendo el Imperio Francés incluso contra el ejército alemán.
Hubo mercenarios alemanes en la Conquista de América. El de los judíos no fue el único holocausto en el que participaron. Por eso es tan verosímil Klaus Kinski en "Aguirre, la ira de Dios":
En los tiempos modernos, Occidente disimula sus mercenarios con sutileza. Miles de latinoamericanos se alistan en la U.S. Army o en Marines para conseguir la Green Card. Es su precio y es su paga.
Tal vez el mejor disfraz logrado fue el de EEUU con Blackwater, la privatización de la guerra, empresa privada donde sus miembros no pueden ser juzgados bajo los códigos militares, tampoco por la justicia del país donde actúan.
Hoy Occidente ha vuelto a usar por Libia la palabra mercenario con su cinismo clásico, mientras Blackwater con otro nombre de empresa debido a las denuncias de crímenes contra civiles, sigue funcionando en Irak.
En 1819 arribó a Buenos Aires Friedrich Rauch, oficial de Napoleón, alemán nacido en Baden. De inmediato se dedicó a matar indios con tanta delicadeza alemana que obtuvo el reconocimiento de la naciente oligarquía terrateniente, los que se iban a quedar con toda la tierra abonada y fértil con el nitrógeno de la sangre de los indios que mataba Rauch.
La Sociedad Rural Argentina tiene frente a su entrada la estatua de un mercenario italiano, Garibaldi. Es de puro desagradecidos que no tienen una estatua de Rauch adentro.
Desconcierta un poco que la ciudad de Rauch tenga flechas en su escudo:
Eso sí, Juan Cruz Varela, poeta de Rivadavia, le dedicó un mamarracho:
“Joven terrible, rayo de la guerra,
espanto del desierto,
cuando vuelves triunfante a nuestra tierra
del negro polvo de la lid cubierto,
te saluda la Patria agradecida
y la campaña rica
que debe a tu valor su nueva vida
tus claros hechos y tu honor público”
Tanto en el mando Federal como Unitario los oficiales comandaron acciones contra los indios. La diferencia estaba en la política federal de pactos y alianzas con las tribus y el concepto de exterminio genocida unitario que consideraba la necesidad de poblar de blancos el territorio a costa de matar a la mayor cantidad de originarios. Hecho consumado por Mitre y Roca años después. Completar la Conquista de América.
El 28 de marzo de 1829, fuerzas federales al mando de Prudencio Arnold, con 20 años, sobrino de Brown, apoyados por el cacique Nicasio Maciel fueron atacados por las fuerzas unitarias comandadas por Rauch, con muchos veteranos de la guerra con Brasil.
Prudencio Arnold
Rauch atacó con fiereza el centro federal sin ver que los malones le deshacían los flancos. Cuando cayó en la cuenta, los que creyó sus soldados, eran federales que lo rodeaban. Se defendió como gato entre la leña hasta que su caballo fue boleado por Manuela Andrada y ultimado por Nicasio Maciel, Arbolito. Fue en la batalla de Las Vizcacheras.
A sus 39 años, uno de los mayores genocidas de los ranqueles, fue decapitado y su cabeza rodó por las calles. Prudencio Arnold, siendo uno de los oficiales de mayor lealtad a Rosas, vivió hasta los 87 años dejando escritos valiosos de esas épocas vividas.
Página 12 del 25/4/2011 a dos meses de publicada esta entrada:
Página 12 del 25/4/2011 a dos meses de publicada esta entrada:
2 comentarios:
Cabe destacar que estos mercenarios, o "bárbaros pagos", han aparecido como síntoma de decadencia de los respectivos imperios que los usan, como los germanos con Roma, o incluso, aparecen como fanáticos más "comprometidos" con el imperio que defienden, como los jenízaros, que eran cristianos raptados de jóvenes por los turcos y que conformaban una élite armada más despiadada que los propios turcos...
Te invito a ver a Arbolito tocando el tema Arbolito en vivo enEl feliz encuentro entre Arbolito y el coronel Rauch en Las Vizcacheras en 1829.
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