Alta Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad la muy honorable (no es joda, llamarla así es el protocolo), la baronesa inglesa Catherine Ashton de Upholland se entrega a cualquier deseo de los rebeldes libios. Todo lo que deseen, les dijo.
Los rebeldes están notando cierta deserción en los cuadros, como que se van de a poco, entre las sombras. De golpe "todo lo que deseen" dicho por Ashton se volvió un querer desaparecer por un rato. Pero a toda baronesa le llega su bereber. Algún libio hará grandes negocios con todo lo que desee y si hay que darle algún beso en un desfile, se lo dará.
Catherine Ashton observa aquí unos cohetes del tipo de los lanzados por los palestinos o el Hezbollah. Su cara de ojete, el mostrarse consternada debe ser muy distinta a la expresión de victoria con cada explosión en Trípoli de las bombas de la OTAN, visto en grandes pantallas en los centros de comandos.
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