Desde que asumió en el 2009 como jefe de la OTAN al danés se le pueden poner a su cuenta muchos civiles afganos y pakistaníes muertos. Ahora en Libia se transfirieron a su haber más de 700 civiles muertos más.
Además de miles y miles de heridos, mutilados, niños bajo trauma de bombardeos, que aún con el argumento de la precisión tecnológica del lugar de impacto, su altísimo poder explosivo, rompe los vidrios por kilómetros sin distinguir lo de los hospitales con heridos y traumados de bombas anteriores.
Esto les pasa a árabes, afganos y pakistaníes en sus países y la civilización judeo-cristiana les dice que es por su bien de acuerdo a una moral que les van a tratar de explicar después, en todo caso.
Hoy la Corte Penal Internacional le hizo caso a Moreno Ocampo, neto representante del gorilaje del Poder Judicial argentino, ordenando la captura de Khadafi y de su hijo. A Kissinger, Bush, Cheney, Rumsfeld, para qué si siempre hay uno nuevo, Rasmussen.
Veamos los pasos. Desde Europa se dá el guiño a la disidencia en Libia para que se suban al carro de la primavera árabe. Comienzan las protestas y Khadafi reprime. ¿Cuánto? No lo sabremos. Según Occidente el demonio armó una orgía en el infierno y quemó a miles de almas buenas.
La ONU, con la rapidez que nunca tiene para proteger a los palestinos, dio permiso a la OTAN para que mantenga libre los cielos de Libia de los aviones libios. La OTAN tomó ese permiso como caza libre para asesinatos políticos selectivos y trató de matar una y otra vez a Khadafi matando a sus parientes, varios menores de edad.
Los medios occidentales en cadena, repitiendo una a una las mentiras de EEUU y la UE, apoyando como siempre la clásica puesta en escena antes de una invasión neocolonial.
Hoy los mismos que organizaron este circo criminal juzgan a Khadafi y piden su captura. La farsa es completa.
No se debe olvidar que Occidente es capaz de llevar su cultura a lugares remotos. Como después de invadir Irak pudimos ver una imagen del Far West en tierras bañadas por el Tigris y el Éufrates:
El mismo paisaje que llevaron a Nuremberg:
En la misma línea, Francia llevó su cultura a Indochina, por eso en museos de Vietnam podemos ver paisajes de la Revolución Francesa.
Recorte: El País.es
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