lunes, 11 de julio de 2011

PARISER KANONEN: Una Grosse Bertha ataca París

Para desgracia de millones de vidas de soldados, el alto mando de los países beligerantes se componía de un generalato cuyas pautas de honorabilidad se regían por cargas de caballería con sables y lanzas, y una infantería que marchaba compacta hacia el enemigo.  En el caso de los franceses, fueron enviados con gorros rojos, tal vez por miedo a que no los vean.

Eso fue la Primera Guerra Mundial, doctrinas militares del siglo XIX en plena era industrial pesada del siglo XX. Una carnicería absurda. 

Podían morir 40.000 hombres en una mañana (Batalla de La Somme, 1916), un estadio de fútbol lleno para que ayude a dimensionar.

El invento de la ametralladora y de enormes obuses de hasta 420 mm en nada les cambió el pensamiento. Además y para colmo, esos generales provenían de familias aristocráticas para las cuales, los obreros de las insalubres fábricas donde se trabajaba de sol a sol devenidos en soldados no eran otra cosa que ganado en pie.

Ya en 1914 el frente era sacudido por enormes explosiones que dejaban cráteres enormes y carne humana desparramada como la de este mortero de 420 mm. Eran tan grandes los calibres que una esquirla del proyectil desprendida a la distancia dejaba sin cabeza a un combatiente lejos de la explosión. 

Del lado alemán estos obuses eran construidos por Krupp, por lo que pasaron a llamarse del lado francés los Grosse Bertha, por Bertha Krupp:

Para 1918 Alemania tenía instalado apuntando a París, a 100 km de distancia, el Pariser Kanonen de 210 mm, quien sería el Bertha más famoso, pero cuya denominación más común fue el Cañón de París. 

Disparaba hasta 128 km a 55º proyectiles de 210 mm hasta 240 mm a medida que se gastaba el caño. A los 65 tiros debía cambiarse. El proyectil podía llegar a los 40 km de altura, un récord batido para un invento del hombre recién por el misil V2 de Hitler en los '40.

Desde 3 posiciones diferentes impactó a París en 367 ocasiones, matando a 265 personas, 92 de ellas en un impacto directo a la iglesia de Saint-Gervais durante la misa del viernes santo de 1918.

Al mismo tiempo los alemanes instalaban un SKL/45 Lange Max Brummer de 380 mm en el bosque de Montoir que ante el avance aliado fue saboteado para evitar que caiga en manos enemigas.

Aún hoy puede verse la plataforma:

Ya en la Segunda Guerra Mundial Krupp aportó su experiencia en estos obuses gigantes a los sueños de Hitler, con el Dora/Carl Gustav sufrido por los soviéticos en el asedio a Sebastopol.

Mientras el apellido Hitler se lo debe usar con cuidado, el apellido Krupp sigue siendo sinónimo de prestigio en el mundo empresarial y corporativo, donde nadie paga culpas.

Gustav Krupp von Bohlen und Halbach

Alfried Krupp von Bohlen und Halbach

Enjuiciados, encarcelados y embargados en 1946 por colaborar en los crímenes del nazismo, tres años después John Mc Cloy, presidente del World Bank entre 1947 y 1949, futuro chairman del Chase Manhattan bank , actuando como alto comisionado de EEUU en la fuerza de ocupación en Alemania, les devolvía los bienes. En 1950 Alfried se casaba en gran boda.

John Mc Cloy

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