lunes, 12 de septiembre de 2011

YOM KIPPUR, 1973: Riesgo nuclear en Medio Oriente

Fueron semanas de intensos llamados telefónicos entre las potencias en plena guerra fría. El avance egipcio sobre el Sinaí en un ataque que tomó por sorpresa a los israelíes hizo que por unos días se temiera lo peor en Israel. Golda Meir y Dayan resolvieron activar los misiles nucleares Jericó. 


Golda Meir y Sadat

No lo hicieron de forma secreta, sabían que sería detectado por los satélites de EEUU y la URSS. Nixon y Kissinger establecieron un puente de abastecimiento de armamento convencional a Israel. Sería explicado por Nixon a Sadat como la forma de evitar el uso de los Jericó. Los primeros días de la Guerra de Yom Kippur en octubre de 1973 habían consumido enormes cantidades de material.

Haig, Nixon y Kissinger

La Unión Soviética alistó regimientos de paracaidistas en bases de la fuerza aérea y contaba con 40.000 tropas de desembarco en buques del Mediterráneo. Su cliente egipcio sería defendido con tropas. 

Nixon con Kissinger y Alexander Haig le respondieron a Brezhnev pasando el DEFCOM 4 a 3, el mismo grado de alarma del 11-S, sólo habiendo llegado a 2 en las crisis de los misiles en Cuba y esa vez fue exclusivo para el Strategic Air Command.

No tuvo la expectativa mediática de los días de Kennedy y Castro. Las explosiones nucleares hubieran sido sorpresivas para el gran público.

Dayan y Ariel Sharon

Mientras en el campo de batalla del Sinaí Ariel Sharon efectuó una maniobra descomunal, digna de otro paracaidista, Marcel Bigeard. Logró cruzar con sus tropas en carros de combate, camiones, micros del Egged el canal por el paso de Mitla hacia África. Avanzó sobre Suez encerrando al Tercer Ejército egipcio en la costa oriental.

Fidel Castro y Leonid Brezhnev

Al momento que las potencias se pusieron de acuerdo en parar la escalada, Israel estaba a punto de propinarle una derrota, otra vez como en 1967, a Egipto. El alto el fuego dividió las aguas en Israel. Recordaban a Chamberlain y su paz con Hitler. Muchos no querían saber nada de dejar al Tercer Ejército egipcio, aunque aislado, hambriento y sin medicinas con su potencial militar. No todos supieron de inmediato que el holocausto nuclear los había rondado. 

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