Los defensores de Sirte soportaron un asedio de meses y el bombardeo de la OTAN con toda clase de bombas prohibidas. Su heroísmo ante tanta desigualdad merecía otro final. Los han atado con precintos y los mataron ya hechos prisioneros. Mientras, Moreno Ocampo, sigue buscando el contenedor de Viagra.
lunes, 24 de octubre de 2011
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