Esta vez fue más ruidoso. Hasta ahora los científicos nucleares iraníes eran asesinados a tiros en la calle. En el caso de Moqqadam, experto misilístico iraní, la explosión rompió vidrios de ventanas a kilómetros del lugar. El gobierno de ultraderecha, vaya paradoja, de Israel está jugando con fuego y se va a quemar.
Irán no es la indefensa Palestina, quemada con bombas de fósforo blanco y contaminada con proyectiles de uranio empobrecido, contra lo que sólo puede responder con petardos. Irán es algo serio que puede producir mucho daño. Claro que llegado el caso Netanyahu, Lieberman, Barak y el resto de los jerarcas estarán en sus seguros refugios subterráneos, la mayoría de los israelíes no tendrán esa opción.
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