Desde hace 10 años la OTAN invade Afganistán. Los miles y miles de muertos afganos no salen con nombre y apellido en los diarios. Pueden morir en combate o volar en pedazos en medio de una boda o un funeral, asesinados desde un drone manejado por un soldadito de Play Station a miles de kilómetros. Eso sí, si muere un soldado de la OTAN es noticia. Los partidos opositores y los familiares piden explicaciones.
Tal vez piensen que en la guerra de Afganistán no puede morir nadie de los que invade, es muy raro, una extraña idea de guerra no letal para uno sólo de los bandos. El País explica que la bala entró por una zona "no protegida", casi un infortunio. La forma que no muera ninguno es no estando allí.
Recortes: El Mundo.es, El País.es
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