Cuando el en ese momento almirante Lambruschini bajó del auto en el lujoso hotel Meurice de París se sintió abrumado, miró a sus acompañantes, también militares de la Armada y no lo podían creer.
Era ya tarde, pasadas las 22 hs. de ese 25 de mayo de 1978. La delegación argentina tenía al día siguiente reuniones con OFEMA para la compra de armamento francés. La compra de aviones Super Etendard estaba en marcha.
Llegaron en uniforme y con sus valijas adornadas con calcomanías del Mundial ´78. Esto para los botones del hotel significaba una sola cosa, esos militares eran parte de la dictadura argentina. A esa altura París hervía de movimientos que denunciaban las torturas y asesinatos que sucedían todos los días en Argentina.
Los botones se negaron a llevar las valijas. El conserje los conminó a hacerlo pero volvieron a negarse por lo cual sólo le quedó llevar él mismo las valijas de los huéspedes. Al otro día los empleados del hotel dieron sus explicaciones, de todas maneras fueron despedidos.
Un segundo episodio sucedió el 29 de mayo, cuando otro empleado se negó a entregarle la llave del cuarto al capitán de navío Oliva. También fue despedido, pero se enteraron los medios franceses y todo tomó estado público. Moise Azoulay, Patrick Abraini y André Behar-Kemaloff pasaron a ser "les chargeurs anti-Videla".
Fueron entrevistados hasta por François Miterrand, secretario del Partido Socialista entonces. Recibieron miles de cartas de apoyo y el 14 de mayo de 1979 fueron a juicio. Se les confirmó el despido sólo obligando al hotel Meurice a pagarles el mes de preaviso.
1 comentario:
un humilde trabajdor se niega a cargar una valija manchada con sngre, pero la AFA francesa no tuvo reparos en mandar a su selección a jugar el mundial, a pesar de que ya habían desaparecido ciudadanos franceses
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