Mitsubishi Heavy Industries empieza a ensambla el nuevo caza japonés con caraterísticas de invisibilidad ante los radares.
No es el primer caza que construye después de la guerra, el T-2/F-1 vuela desde los '70:
Mitsubishi, como BMW, Siemens y tantas otras empresa alemanas cuyo renombre quedó a salvo al culpar sólo a Hitler y su pandilla, quedó liberada de las condenas que se llevaron a cabo en Tokio, en el Nüremberg japonés. Sus cazas Zero y bombarderos Betty, entre otros productos, fue el hardware del Imperio Japonés para sembrar el terror en Asia.
Como en Nüremberg, el edificio utilizado era de los pocos que quedaban en pie después de los bombardeos terroristas aliados. Tojo y seis más fueron a la horca. El emperador Hirohito quedó a salvo, junto con los miembros de la nobleza japonesa, muchos aún siendo sabidos criminales de guerra. Se los preservaba para el futuro, como a las empresas, Mitsubishi entre ellas.
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