Cuando Hipólito Bouchard llegó a Chile de la vuelta al mundo en su acción corsaria al servicio del gobierno de las Provincias Unidas del río de la Plata, Cochrane se quedó con lo recaudado y con la fragata La Argentina también, la que había llevado el pabellón de Belgrano en batallas en California, Centroamérica, el océano Índico y la cual fue reconocida junto al país como soberanos por el rey de Hawai, antes de ser colonia de EEUU desde 1898.
Bouchard
Gran parte de lo robado por Cochrane era propiedad del gobierno argentino de acuerdo al contrato de patente de corso asignada a Bouchard, quien entre otras cosas, luchó en San Lorenzo en la caballería de San Martín y fue quien levantó del suelo el pabellón español para marcar a los derrotados el camino hacia las barrancas del río Paraná.
Lo obtenido por Bouchard fue en combates navales contra naves del Imperio Español, contra el que se suponía luchaba también Cochrane contratado para la causa independentista para la cobertura naval de la Campaña al Perú de San Martín.
Cochrane
Bouchard fue puesto prisionero. Luego fue liberado por Necochea y sus granaderos a punta de sables y pistolas. La fragata La Argentina se pudrió en el puerto.
Hoy son los fondos buitres del NML los que retienen a la fragata Libertad en Ghana, tan piratas como Cochrane. Son los que en Nueva york esperan a CFK con abogados argentinos cipayos del imperio.
Pérez Alati
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