Juan Arias ve un choque entre impedir la concentración de medios en pocas manos y defender la libertad de expresión. Un argumento típico del grupo mafioso Clarín. Cuando Dilma dice que prefiere el ruido y las posibles exageraciones de los medios, estos medios puede provenir de muchas voces distintas que puedan tener cabida en una nueva Ley de Medios brasilera.
Justamente el problema es cuando esos ruidos y exageraciones provienen de una sola voz monopólica de gran poder de penetración en las masas. Pero claro, Juan Arias escribe para el diario El País, del grupo Prisa. ¿Qué otra cosa va a decir que no sea lo que las corporaciones de medios quieren imponer? Que cualquier límite a su actitud de pulpos es atentar contra la libertad de expresión, la exclusiva, la de ellos.
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