Las tropas francesas vestidas con gorros y pantalones rojos y chaqueta azul, un verdadero imán a las balas, dicen ¡A Berlín! en 1914:
Las tropas alemanas, con un más conveniente uniforme verde-gris, dicen ¡A París!:
Todos coinciden en algo, en Navidad volvemos a casa. La Navidad de 1914 la festejaron en las trincheras, donde ocurrió una rara tregua y las tropas se saludaron en la tierra de nadie:
Cruz que conmemora el lugar de confraternización navideña de 1914 en Bélgica:
Pasarían tres navidades más en las trincheras para recién poder volver a casa a festejar la Navidad, la de 1918, siempre y cuando no hayan estado incluídos entre los 10 millones de muertos o entre los 8 millones de desaparecidos.
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