Joachim Peiper fue un soldado mimado por el régimen nazi. En el frente ruso a su regimiento panzer le decían soplete, por la historia que se contaba de haber quemado dos pueblos soviéticos con su moradores dentro. Adjunto de Himmler, participó en varios frentes pero fue en el frente ruso donde sus huestes aprendieron a combatir sin piedad. Le daban las tareas más duras, a las que respondía combatiendo con ferocidad y determinación.
Las fuerzas alemanas que tuvieron enfrente a soldados de EEUU y sobre todo de Gran Bretaña, más allá de su sentido de superioridad racial, sentían que lo hacían contra semejantes. En cambio en el frente ruso era contra subhumanos, lo que la criminalidad era mucho más corriente, la cosificación del adversario lo hacía fácil.
Para la ofensiva de las Ardenas, los tanques de Peiper se usaron de ariete contra las sorprendidas fuerzas estadounidenses que no esperaban una ofensiva de lo que consideraban un ejército alemán en retirada. La orden era combatir sin inhibiciones humanas y así lo hicieron. No tomaban prisioneros. De todas las matanzas la más conocida fue la más numerosa, la de Malmedy, donde prisioneros estadounidenses fueron ametrallados sobre los campos nevados.
Luego del fin de la guerra Peiper y sus hombres fueron juzgados en Dachau. Fueron condenados a la horca. La sentencia luego fue conmutada a 11 años de prisión.
Peiper fue liberado en 1956, año donde una enmienda a la constitución alemana de 1949 permitió volver a contar con un ejército alemán que se integraría a la OTAN contra el bloque soviético. Olvido y perdón. Para la misma época EEUU comenzaba a enviar armas a un viejo aliado de Hitler, Francisco Franco.
Peiper liberado en 1956
Peiper comenzó a trabajar como ejecutivo en la firma Porsche. Por protesta de los sindicatos se fue a Volkswagen, donde su condición de criminal de guerra movilizó también a los obreros. Se juzgaba a los hombres pero no a las empresas. Tanto Porsche como Volkswagen habían fabricado armas para Hitler, pero las empresas siempre salen impunes. Al día de hoy son marcas de prestigio y nadie habla de complicidad.
Peiper se trasladó a Traves, Francia en 1957. Construyó una casa en el bosque fuera de la vista de los curiosos.
Vivió allí hasta 1976, año en que el periódico l'Humanité sacó una nota titulada "¿Qué hace un nazi en Francia?". Empezaron a circular panfletos por la zona, pintadas en las rutas y promesas que el 14 de julio, fiesta nacional francesa, lo iban a ir a visitar.
El 13 de julio a la noche, una turba fue a su casa y la prendió fuego con cócteles molotov. Su cuerpo fue encontrado por la policía, estaba sin manos y sin pies, medía un metro, encogido por el calor.
Los detalles de lo que pasó esa noche nunca se supieron. La policía investigó unos meses y luego archivó la causa.
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1 comentario:
Que bueno, gracias, lo paso
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