El triunfo de Evo excede todo. Es un hecho histórico que adquiere relevancia dentro de los hechos relevantes de un período de 500 años. Una cúspide en la cronología. Supera a Evo, al pueblo boliviano y a todas las generaciones que son testigos de esta época. Nos toca vivirla que no es poco. Estos hechos guiarán los destinos más allá del paso de sus protagonistas por la tierra.
Es el fin del apartheid sudamericano, justo en el país donde las reglas originales de ese apartheid, las impuestas por el conquistador español, se cumplieron a fondo y duraron así aplicadas más tiempo, casi hasta nuestros días.
Los pueblos originarios en Bolivia tenían desarrollado el concepto de organización y trabajo al momento del arribo del blanco con olor a gallina mojada. Sometidos, sirvieron a los fines que, en el caso de Argentina, Uruguay, Chile, Brasil, se requirió de mano de obra barata blanca europea ante un originario que no aceptó tener patrones blancos. La proporción del exterminio lo dice todo. En Uruguay, a los últimos tres charrúas los mandaron de exhibición a Europa. No dejaron uno. Los originarios de estos países eran cazadores. Se trataba de cazar algo para comer, en partidas de caza con los muchachos. Se volvía a la aldea, se morfaba bien, podía haber mate, alcohol, alguna falopita amazónica, luego siestero con la patrona y a dormir la mona.
Sólo al hombre blanco se le puede ocurrir cambiar ese estado de cosas. Civilización y barbarie contra la vida simple.
Hoy Bolivia es el primer pedazo de Sudamérica que vence realmente la Conquista de América.
Acá nos falta mucho, estamos sin resolver el tema Mitre-Roca. Dos locomotoras del apartheid. Será de a poquito. Jujuy deberá ser la pimera provincia. Tiene estructuras similares a Bolivia y sus originarios comparten más tradiciones con los originarios bolivianos que con los porteños. El choque en Jujuy de Milagros Sala y Gerardo Morales no es poca cosa en la cronología histórica de esa provincia.
Cuando a muchos argentinos le mencionan la palabra "boliviano", sus mentes hacen foto de una cara con determinados rasgos y de determinado color. Jamás se le viene un blanco a la cabeza. Sin embargo les es más cómodo pensar en un presidente de Bolivia blanco que alguien como Evo, donde la sensación va de la subestimación de méritos y capacidad para ocupar ese cargo al asco (y al miedo que lo genera). No les entra que los bolivianos puedan ser gobernados por un boliviano igual al que sus mentes proyectan como tal. Curioso.
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