Lo del alquiler del Teatro San Martín por parte de Macri para fiestas privadas tiene un germen que se puede unir al desarticulamiento del Teatro Colón como institución cultural. Fue aquella noche en los '90 cuando Fontevecchia alquiló el Colón para festejar en fiesta privada el lanzamiento de la revista Caras en Brasil. Estuvo Julio Bocca en el escenario. En las gradas, todo el jet set vernáculo que adornaba las páginas de la revista Caras. Sentado al lado de Fontevecchia, en el palco, Carlos Saúl Menem, presidente en ese entonces. Luego de la función se pasó al champagne, a lo salado y a lo dulce. Raros aromas del buffet caliente se filtraban por nuestro coliseo, que de romano tenía lo decadente.
jueves, 13 de mayo de 2010
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2 comentarios:
que buena nota Che, el remate impecable
Todo un símbolo los logos de las marcas sobre el telón, en el respaldo de las butacas y en lo alto del escenario.
Con eso sueñan quienes imaginan al Colón, como al San Martín, a la Legislatura y a la mismísima Casa Rosada, como lugares ideales para alquilar y convertirlos en salones de lujo para cumpleaños, casamientos y reuniones empresarias.
Si el lema que los guía es: "hagamos negocio con todo", la cultura y la educación para ellos, nunca será más que un gasto prescindible.
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