A Infobae.com le encanta la palabra "desborde"

Si hay algo que lo hace obvio a Infobae.com es lo sistemático de sus campañas. Cuando ningún medio habla de Chávez ellos siempre tienen alguna noticia para dar. O de Cuba. O de Evo. O de las garantías que dan los jueces de garantías, siempre que el que las reciba no sea algún poderoso. Como con el "desborde", cacareando desde la vereda de la patronal:

Muchos de los gremios dan para que el patrón mire preocupado la cifra de porcentaje. No todos se mueven con los mismos márgenes. Pero Infobae.com tiene el desatino de hablar de desborde salarial en una industria, los laboratorios medicinales, que compra sus productos por toneladas y los vende por miligramos. 

Que contra todo lo aconsejable a la salud pública hacen publicidad de sus productos como si fueran caramelos en todos los medios, con pautas publicitarias que dejan cautivos a esos medios, o mejor dicho cómplices y corrompidos ante semejante caudal de dinero, todo en un país de automedicación endémica.

Que sus mercaderes caminan por los templos de nuestra salud, los visitadores médicos, distrayendo al médico justo cuando nos toca nuestro turno, a paso de buitre por los pasillos, saludando a algunos médicos con signos de confianza cómplice y canchera, esa amistad compartida que da la adrenalina de la corruptela en forma de sobre lleno.

Y como estos piratas de consultorio saben como se cocina el guiso de los medicamentos en sus empresas, saben que un 42% no les mueve la aguja a los laboratorios.

Ejercicio: Averiguar cuánto costaba una tira de aspirinas marca Bayaspirina en 1991 y cuánto costaba en el 2001 al fin de la convertibilidad. Será revelador para épocas que suponemos no hubo inflación.

Así y todo fue Bayer la punta de lanza en el 2002 para la gran escalada de precios de los remedios luego de la crisis del 2001. Todos los demás laboratorios fueron detrás de su porcentaje arbitrario de aumento de precios.

Por suerte hubo un Ginés García que impuso los genéricos en el momento justo, cuando no había militares para recurrir y el pueblo andaba por la calle más que calentito. Los grandes laboratorios no se atrevieron como con Illia. Ginés, al que lo queremos de vuelta para que haga el Gran Vademecum Nacional.