¿No están repodridos que apenas termina de cantarse el himno a viva voz en los partidos del Mundial, al menos el pedacito que tocan, aparezca la publicidad del banco HSBC?
Cuando uno está esperando ver las caras de los jugadores dándose ánimo, escuchar los aplausos y el griterío de la hinchada, aparece este banco, uno de los partícipes de la joda del 2001 y que aún sigue operando en Argentina impune y haciendo negocios.
¿Qué trata de decirnos? ¿Qué tiene el dinero suficiente para bancarse esos segundos televisivos carísimos? Porque la adhesión como empresa o como marca a partir de esa publicidad no compensa la catarata de odio que produce.
Alguna vez y no se si está contemplado en la Ley de Medios Audiovisuales, habrá que terminar con la publicidad invasiva, la que nos llega sin previo aviso, para que nuestra atención no sea secuestrada.
Teléfono para Gvirtz:
Y lo hacen las empresas grandes y las empresas chicas también. Se trata de los permisos que dan los dueños de los contenidos, las productoras, que terminan bastardeándolos. En 6-7-8 ahora se les ocurrió poner publicidad para los canjes de ropa detrás de las fotos que mandan los televidentes. Detrás de la última, luego de mirar si salió la que mandamos, aparecen las placas con toda nuestra atención a su disposición.
Hay que empezar por la TV Pública con estas cosas.
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