Si algo les complica la planificación del ataque a Irán es la presencia de unidades antiaéreas S-300P fabricadas en Rusia. La pérdida de aviones atacantes será insostenible.
Entregarlos o no está siendo moneda de cambio en las negociaciones entre Medvedev y Obama. Si Rusia termina por no entregar los S-300P a Irán, si va a ser uno más del reparto del botín, quedará claro que esas hamburguesas eran de carne persa:
Venezuela también adquirió S-300P. Habrá que conseguir uno y fabricarlos de a miles. Como el AK-47, el rifle de asalto de los pobres y oprimidos, el S-300P debería ser la base defensiva contra la amenaza aérea imperial sobre Sudamérica.
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