Rusia retomó las conversaciones con la OTAN suspendidas luego de la guerra de Osetia del Sur. Con gran entusiasmo anunciaron una masiva colaboración en la guerra de Afganistán, un territorio que a Rusia le llena la boca de sabor amargo, 15.000 soldados muertos en los '80. Ante lo inevitable, el ataque a Irán, que mejor que olvidar viejas heridas.
Si sumamos a la suspensión de la entrega de los sistemas antiaéreos S-300P a Irán:
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