Totalmente de acuerdo, ese rostro inconfundible, me recuerda en esta foto a un parrafo del cuento de Fontanarrosa titulado : Wilmar Everton Cardaña, número 5 de Peñarol.
"Habia en ese rostro algo perturbador y obsceno pero, al mismo tiempo, sobrecogedor. Era como contemplar un fiordo inmemorial, un precipicio de roca desnuda, el magma primigenio. Era asomarse al inicio de la naturaleza. Y ese rostro, aquel dia, estaba transfigurado."
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Totalmente de acuerdo, ese rostro inconfundible, me recuerda en esta foto a un parrafo del cuento de Fontanarrosa titulado : Wilmar Everton Cardaña, número 5 de Peñarol.
"Habia en ese rostro algo perturbador y obsceno pero, al mismo tiempo, sobrecogedor. Era como contemplar un fiordo inmemorial, un precipicio de roca desnuda, el magma primigenio. Era asomarse al inicio de la naturaleza. Y ese rostro, aquel dia, estaba transfigurado."
Tal cual. Es lo que se dice una cara difícil.
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