viernes, 11 de febrero de 2011

Lockheed F-104 Starfighter: Escándalo y muertes de la Luftwaffe en la OTAN

Para el año 1957 la nueva Luftwaffe tomaba la decisión de comprar los cazas Lokheed F-104 Starfighter para reemplazar sus Canadair CF-86. 

El F-104 era un caza nacido en tiempos donde la URSS amenazaba a Occidente con sus bombarderos estratégicos Tupolev Tu-95:

La idea era tener aviones que, como cohetes, subieran a interceptarlos a gran velocidad de ascenso lo más lejos del territorio y así evitar el bombardeo nuclear. El Tu-95 fue una brillante idea de los rusos. Era un cuatrimotor turbohélice. Un avión que costaba menos de un cuarto de un B-52, su contraparte de los EEUU. Sólo por tenerlo y mostrarlo obligó a Occidente a gastar miles de millones de dólares en sistemas de defensa aérea e intercepción.

Canadair F-86

Si Alemania decidía como lo hizo por el F-104, el resto de los países de la OTAN en Europa lo harían también. Muchísimo dinero en juego. Negocio de mucho nervio, mucha presión y la sospecha de ocultas y groseras comisiones.

Wernher Panitzki

El patrón de la Luftwaffe en esos años era Wernher Panitzki. Debajo de él, varios ases de la Segunda Guerra Mundial. De ellos uno se opuso y fuertemente a la compra de los F-104 por haberle notado fallas peligrosas. El tiempo le dio la razón. De 915 aviones recibidos entre 1960 y 1973, operando hasta 1987, se estrellaron 282 costándole la vida a 115 pilotos.

Este piloto rebelde que instaló el tema en la opinión pública era Erich Hartmann, el mayor as de la aviación alemana con 352 derribos. El tufillo de coimas y la confesión de Wernher Panitzki sobre que, en definitiva, la elección del estadounidense F-104 en lugar del francés Dassault Mirage III había sido política y no técnica, le costó el puesto. Debería haberlo pensado antes de discutir con Hartmann, quien estaba al mando de la Jagdgeschwader 71 "Richthofen" que recibiría los F-104 como dotación.

Erich Hartmann

Hartmann fue un piloto que salió sin heridas tras 14 aterrizajes forzosos. En una ocasión, derribado por las esquirla del avión abatido, aterrizó en campo enemigo. Se hizo el herido y fue llevado en ambulancia por los soviéticos, la que fue atacada por los Stukas de Rudel, a los que Hartmann había brindado cobertura de caza. Escapó y caminó hasta las líneas alemanas. Una vez allí fue recibido con  un disparo que le atravezó el pantalón sin tocarle la pierna.

Para 1945 se negó una y otra vez a trasladarse a un escuadrón que combatía en el frente occidental. Para ese año combatir en uno u otro frente significaba quedar prisionero de los norteamericanos o ingleses por un lado o de los soviéticos en el frente oriental.

Hartmann no quiso dejar a sus hombres del escuadrón. Si bien fue capturado por los norteamericanos, según los acuerdos fue entregado a la URSS por ser combatiente del frente oriental. Los rusos trataron de convencerlo que se pase al comunismo, que le de datos sobre el avión ME-262, el más moderno de la Luftwaffe. 

 Messerschmitt ME-262

Se negó a todo por lo que fue declarado criminal de guerra y llevado a un gulag en Siberia para trabajos forzados. Como no los realizó estuvo 5 meses en solitario.

Recién en 1955 volvió a Alemania gracias a los acuerdos de la URSS con Alemania Occidental luego de la muerte de Stalin.

Luego de su discusión por el F-104 Hartmann fue separado de su escuadrón. Así y todo dejó la Luftwaffe recién en 1970.

Con este irreductible se metió Wernher Panitzki, quien fue sucedido por Johannes Steinhoff, un piloto de la vieja Luftwaffe quien llevaba en su cara las cicatrices de un tremendo accidente en su ME-262. 

 Johannes Steinhoff

 ME-262 de Steinhoff

Steinhoff no se había opuesto a la compra de los F-104, pero sugirió muchas mejoras que redujeron el número de accidentes. De todas maneras el número de viudas que ocasionó el F-104 terminó siendo dilapidario.

 Steinhoff y el F-104 Starfighter

Para los '70 una nueva compulsa de la OTAN desencadenaría un escándalo en el que se llamó "El contrato del siglo". Los principales protagonistas fueron el sueco SAAB Viggen, el francés Dessault Mirage F-1 y el General Dynamics F-16 de los EEUU. 

Ganó nuevamente el caza producido en los EEUU, pero no sin dejar el tendal de sospechas de cobro de comisiones sobre funcionarios de gobiernos y miembros de casas reales de Europa.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante historia. ¿Donde puedo leer más sobre "el contrato del siglo"?

Che Genetic dijo...

Esperá unos días y lo lees acá.