Esto es lo que te trae un atado de cigarrillos en Chile. Esta campaña parece hecha por la Colonia Dignidad. Esta foto más que espantar al fumador es un acto discriminatorio de aquellos que no pueden acceder a un tratamiento de ortodoncia y blanqueo dental, tan de moda y que marca nivel social. Puede ser la dentadura de algún dejado, pero también la de la mayoría de las personas que no tienen cabida en el gran negocio de la odontología correctiva.
Si ponen pulmones cancerosos en las marquillas sería coherente entonces que las bebidas alcohólicas vengan con unos hígados bien cirrósicos y los Blackberry con salvapantallas de importantes tumores cerebrales.
No nos están prohibiendo fumar para cuidarnos. Sino prohibirían las balas. Esto fue idea de los que siempre andan prohibiendo a conveniencia económica, los paladines de la libertad, los EEUU. Los mismos que difundieron el American Blend por todo el mundo en la mayor campaña de mercadeo en la Segunda Guerra Mundial, asegurando la provisión al soldado norteamericano de cigarrillos rubios, su moneda de cambio con la poblaciones civiles, con mucha más eficiencia y volumen que la comida, ellos mismos, son los que empezaron a prohibirlo.
Son los mismos que prohibieron la marihuana en 1937 para asegurar el éxito del nylon de los petroleros por encima de la fibra de cáñamo.
Entre los costos, porque no se trata de salud sino de costos, aparte del de salud, determinaron hasta cuántos filtros de aire acondicionado se ahorraban al año en las oficinas. Todo debe haber sido un número muy grande como para soportar ese hábito al que habían fomentado hasta llegar a decir, en el caso de Camel, que hacía bien a los bronquios.
Así y todo las campañas se centran en los daños al cuerpo humano pero en ningún caso se admite la adicción, porque eso justificaría que todos los alquitranados se queden con una parte de esas grandes fortunas acumuladas de las tabacaleras. Tampoco nada mencionan en asegurar bajo controles estatales el uso de agrotóxicos en las plantaciones y el agregado de porquerías, de las que tanto se menciona cuando se habla de drogas ilegales de elaboración informal en medio del monte. Las corporaciones hacen lo mismo en sus pulcras fábricas. ¡Que sea tabaco, hijos de puta!
Cuando se habla hoy de ciudades "libres de humo" aunque se les grite que eso es una boludez ellos no escuchan, tienen tubos de escape de autos, camiones y transportes públicos en la oreja aparte del celular.
Y todo sucede en un jardín de antenas, en una niebla de frecuencias electromagnéticas, de radiofrecuencias peligrosas, de microondas que de cerca cocinarían pollos, que si fueran visibles al ojo humano no podríamos ver a un metro. Cuando un colegio se queja de una antena, las corporaciones telefónicas la cambian de lugar. ¿Cuándo hacen eso las empresas de no saber de estudios que las condenarían? Jamás.
Hoy un fumador en un bar espera salir a la vereda para completar el hábito del café con un cigarrillo. Mientras toma el café a su alrededor una docena de personas hablan por teléfonos móviles. No lo sabe, pero es un hablador pasivo. Y si lo supiera y se los dijese a esas personas, ninguna dejaría de hablar por teléfono.
1 comentario:
Te banco en un 100%. Me piden que apague el cigarrillo, y me textean al lado, mientras estoy atravesada por las ondas del router y la tech wifi.
No quieren que fumemos sólo porque a las prepagas les cuesta caro, no jodamos.
beso
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