Cuando Assange pactó con corporaciones mediáticas la difusión de cables de WikiLeaks, los medios elegidos hicieron reuniones, conferencias, hablaban del "nuevo periodismo", se premiaron entre ellos, hablaban de moral y ética. Hoy esos mismos medios son fanáticos colabos del montaje mediático del ataque a Libia que lleva 50.000 muertos.
Moreno lo aclaraba por las dudas, mientras El País seguía con su agenda contra los gobiernos latinomericanos, publicando cables que poco revelaban más que hacernos concluir que la US Embassy en Buenos Aires se alimentaba de las idioteces de la prensa amarilla local.
Durante semanas El País publicó cables que involucraban personajes o hechos que casualmente estaban dentro de las operaciones mediáticas de los diarios Clarín y La Nación de Buenos Aires en esos momentos.
Luego dejaron de ponerlos en portada. Se acabó la euforia. Será que Assange no es todo lo formal, predispuesto y confiable que cualquier corporación necesita de un lacayo.
Entonces ahora dicen que Assange se equivoca, no cuando los eligió y ellos con los cables siguieron con sus agendas. "Un peligro para los DDHH" dicen, 50.000 libios muertos en 8 meses con el mundo mal informado sobre los hechos por una cadena global, la misma cantidad de soldados yanquis muertos en Vietnam en 10 años, ya no los pueden escuchar.
Pero no paran. Como Assange ya no les cabe, hacen como con Khadafi, empiezan a publicar lo malvado que es:
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