El festival de lucha de búfalos en Vietnam mueve multitudes. Son bestias de más de media tonelada que pelean hasta la muerte. Sus cuernos son armas letales.
La presencia de público es masiva. Ocupan todos los lugares posibles e imposibles también:
Las primeras filas ven todo de muy cerca, a veces demasiado cerca:
La atención del público es total, basta ver sus caras:
Que se faena allí mismo y del cual se comerán hasta las uñas:
Claro que la relación entre los vietnamitas y los búfalos no resume a este festival anual, ni siquiera empieza por ahí. La relación es la de todos los días en las zonas rurales.
Son los niños de la ruralidad vietnamita los encargados de cada búfalo de las familias, un miembro más. Se los ve montados con toda naturalidad guiando animales que pesan como un automóvil.
A veces son de una edad en la que a los niños de Occidente no los dejarían cuidar un perro:
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