Con la flota anglofrancesa que venía a imponer el libre comercio fluvial en el río Paraná llegaba Garibaldi con sus maleantes. Corría 1845. Entre sus excesos estuvo el de arrojar al río el pabellón argentino al ocupar la isla de Martín García, fuera de toda norma de época y la de violar las mujeres de los pueblos de Entre Ríos y saquear todo a su paso.
Mientras Bartolomé Mitre paseaba de uniforme de cipayo por Montevideo esperando el triunfo de la flota anglofrancesa en Vuelta de Obligado.
Para 1870 Bartolomé Mitre funda el diario La Nación. Desde allí le contará a millones de inmigrantes europeos que se encargó de traer durante su presidencia, y a los hijos ya argentinos, y a sus nietos y bisnietos, la historia de hechos pasados de los que no fueron testigos directos ni indirectos. Era la historia de un país al que llegaban en blanco. El relato de Mitre era para argentinos sin memoria activa, que lo hicieron propio.
Así terminamos en forma colectiva a pensar que las cadenas de Obligado fue una táctica estúpida marcándola como derrota sin saber de la victoria de la batalla del Quebracho en 1846, y el Apocalipsis Now vivido por la flota anglosajona en el viaje de ida y vuelta a Corrientes por el río Paraná.
Por eso no fue raro ver a Mitre inaugurar un monumento a Garibaldi en el barrio de Palermo de Buenos Aires, junto a Julio Roca y con italianos que recién habían bajado de los barcos pero que habían sabido trepar en la sociedad argentina rápidamente, en tiempos que el gringo italiano desplazaba al criollo y al indio en todas partes y en grandes extensiones.
Los fondos fueron obtenidos por una colecta de la colectividad italiana encabezada por Tomás Ambrosetti a través de avisos en los diarios La Prensa y La Nación.
Aún están los monumentos a Garibaldi por todo el país, mercenario de la flota anglofrancesa, un gurka digamos, por eso no nos debe sorprender la portada del diario La Nación, de Bartolomé Mitre XXII y Saguier del 2 de abril:
Aún están los monumentos a Garibaldi por todo el país, mercenario de la flota anglofrancesa, un gurka digamos, por eso no nos debe sorprender la portada del diario La Nación, de Bartolomé Mitre XXII y Saguier del 2 de abril:
1 comentario:
Notable aporte !
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