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sábado, 20 de noviembre de 2010

VUELTA DE OBLIGADO: Proclama de Lucio Mansilla - 18 de noviembre de 1845


A bajar los monumentos de quien ofendió el pabellón nacional en Martín García y quien con sus tropas robó, violó y mató en Gualeguaychú (parece que de ahí descendería De Angeli):

LA BATALLA DE VUELTA DE OBLIGADO EN PARIS


Lo que hoy es la Rue d'Argentine desde 1947 en París, fue la Rue d'Obligado desde 1863. Los franceses pasearon banderas argentinas capturadas por  las calles de París, entre la Batalla de Vuelta de Obligado en 1945 y la Batalla de Punta del Quebracho en 1946. Así como Mitre nos enseñó que fue una derrota, los franceses pensaron que había sido una victoria hasta que se dieron cuenta que no podían navegar más por las vías fluviales de Sudamérica, ni por el Paraná ni por el Amazonas, consecuencias perdurables hasta nuestros días de esa  gran epopeya nacional.

viernes, 19 de noviembre de 2010

VUELTA DE OBLIGADO: Los Rajneri insisten en la derrota militar

No deben leer otra cosa que lo que escribió Mitre, entonces no saben de la Batalla de Punta del Quebracho, el 4 de junio de 1946, el Apocalipsis Now de la flota anglo-francesa-unitaria.

martes, 2 de noviembre de 2010

Puerto SAN MARTÍN: Hay que sacar a los mercaderes de nuestros templos patrios

Es muy grosero aguantar que de dos lugares donde se rechazó a costa de muertos argentinos a los imperios invasores hoy empresas extranjeras se lleven lo que esos imperios habían venido a buscar y encima evaden impuestos. A la cárcel aunque los CEOs sean extranjeros. Timerman sabrá arreglar el quilombo diplomático que origine. Presos. 

Y que estos puertos por donde sale la riqueza nacional a modo de hemorragia sean del Estado, todas sus infraestructuras, las que hoy son de Cargill, Bunge y demás contrabandistas, no importa si sacan en vez de entrar, son contrabandistas.

Muy cerca del Puerto San Lorenzo casi perdemos a San Martín y que estén allí esas corporaciones sólo les costó una firma. En Puerto San Martín, durante la Guerra del Paraná, a 8 meses de la batalla de la Vuelta de Obligado, la flota anglo-francesa que volvía de Corrientes tuvo su Apocalipisis Now en la Batalla de Punta del Quebracho el 4 de junio de 1846.

Son templos patrios. Que de ahí se saque evadiendo la riqueza nacional es mear las tumbas de nuestros muertos. Los granaderos están en urnas a sólo algunas cuadras. Hay que llevar a San Martín al campo de la gloria el día que tengamos la llave de las cerealeras, no antes, le daría vergüenza.

La Nación y su modo de ver las cosas:

Con una demagogia propia de un campo de golf, La Nación invita a soñar que Puerto San Martín reciba la dádiva ya que por su ciudad salen millones. Alguna mejora, que asfalten alguna calle, las migas de los '90, el derrame.

Ese mismo diario tiene de auspiciante a Monsanto. El marketing de los publicistas llegó, con la soja, al hombre de campo. Y miren como muestran a esta parejita que le fue bien con el maíz:


Si uno mira bien el dibujo parece un vintage de la era soviética:

Esta postura del goteo de riqueza sobre las ciudades de los grandes puertos exportadores, recuerda lo que le pasó a los habitantes de la ciudad de Halifax, en Canadá. En 1917 por allí partían hombres y materiales para el picadero de carne de la Primera Guerra Mundial en Europa.


Ese puerto era el punto más próximo al viejo continente, la extraordinaria actividad desde 1914 llenó de prosperidad a la ciudad. 


Pero un año antes de terminar el conflicto la guerra llegó en forma de una gigantesca explosión acompañada por un tsunami que arrasaron la ciudad.

Dos barcos, uno vacío, el Ilmo y otro cargado hasta el tope de explosivos de alto poder con destino a Francia, el SS Mont-Blanc, chocaron frente a la ciudad. Fue cerca de las 8 de la mañana. Como empezó con un incendio, la población, mucho más numerosa de lo normal por la prosperidad local, se volcó en masa a ver el espectáculo de los barcos en llamas desde el puerto. 

Al explotar el SS Mont-Blanc, una ola gigante y una onda expansiva feroz dejó campo raso. Restos del barco se encontraron a kilómetros.

Toda la codicia a costa de millones  de muertos acababa de pasar factura. Hoy la soja que sale por Puerto San Martín está manchada de cáncer de argentinos del campo profundo. No será la pólvora, es el Glifosato y sin pagar impuestos.

Lectura complementaria:

SAN MARTÍN A SAN LORENZO

LA BATALLA DE VUELTA DE OBLIGADO EN PARIS

VUELTA DE OBLIGADO - La victoria que Mitre nos negó

GARIBALDI: Por un Tricentenario sin monumentos a los enemigos

domingo, 30 de mayo de 2010

GARIBALDI: Por un Tricentenario sin monumentos a los enemigos


Monumento a Garibaldi frente a la Sociedad Rural de Martinez de Hoz en la ciudad de Buenos Aires. Inaugurado el 19 de Junio de 1904 a 59 años que Garibaldi arrojara nuestro pabellón nacional a las aguas del Río de la Plata en las orillas de la Isla Martín García en 1845, aparte de saquear con sus tropas pueblos y ciudades, violar argentinas y matar argentinos. 

Venía con la flota anglo-francesa que irrumpió en la Vuelta de Obligado y fue la ciudad de Gualeguaychú a la que Garibaldi le cayó encima. Ante el saqueo y las violaciones dijo: "Estaba todo ahí, para servirse".

Para la inauguración compartieron tribuna Julio Roca, el mata indio y Bartolomé Mitre, nuestro maestro de historia, que durante Obligado esperaba ansioso la victoria de la flota pirata. Los fondos fueron obtenidos por una colecta de la colectividad italiana encabezada por Tomás Ambrosetti a través de avisos en los diarios La Prensa y La Nación.

Se instaló en la Plaza de los Portones la cual cuatro meses después se llamó Plaza Italia.


Monumento a Garibaldi en Plaza Italia, Rosario, nada menos que en el Parque de la Independencia. Está allí desde 1885, a 40 años nomás de insultar a la bandera.


Busto en el patio exterior del Hospital Garibaldi también en Rosario. Acá hay dos laburos, sacar el busto y cambiarle de nombre al hospital.



Cuando la desidia se hace virtud. La Plata, aquí Garibaldi recibió, y por las palomas que vemos en su cabeza sigue recibiendo, lo que se merece.

sábado, 29 de mayo de 2010

VUELTA DE OBLIGADO - La victoria que Mitre nos negó

La batalla de la Vuelta de Obligado es uno de esos hechos históricos ninguneados por la historia oficial de Mitre, la que nos hicieron comer en la primaria y la secundaria, la que el diario La Nación del mismo Mitre se encargó de hacerla doctrina, apoyando a aquellos gobiernos que la respeten y ayudando a expulsar a los gobiernos que intenten cambiar el relato.

Hoy que estamos tan atentos a los falsos relatos de los medios tenemos claro que la Historia Argentina aprendida por muchas generaciones, la que les enseñaron a los hijos de inmigrantes europeos, responde al relato de Mitre. Es como si la Historia Argentina de los últimos 50 años incluyendo el desbarranco obsceno del relato actual se estudiara dentro de 100 años en libros hechos con recortes del diario La Nación. Imagínenlo nomás.

¿Por qué las Invasiones Inglesas de 1806 y 1807 son las únicas que se las llama invasiones inglesas? ¿Por qué no incluir la de 1833 a Malvinas y la de 1845 por el río Paraná?

Porque los dos hechos les pasó a los argentinos durante el gobierno de Rosas y toda victoria o logro de Rosas debía ser borrado de la memoria a través de borrarlo de los libros, aún con hechos como la batalla de la Vuelta de Obligado, donde la sangre derramada tenía apellidos muy variados y ninguno era Rosas. Como con los logros de Perón lo que se elimina del relato siempre está cargado de esfuerzo, sangre y lucha del pueblo. Como en 1955, como los logros de Kirchner y Fernández en cuanto puedan, en cuanto nos distraigamos si no logramos la victoria hasta el final.

Incluso las Invasiones Inglesas dejaron de ser feriado, sin ser eliminadas del todo, se las fue poniendo como algo secundario, pero eso tuvo que ver con los años en donde el hijo de Roca decía que económicamente éramos parte del Imperio Británico.

Emociona visitar el lugar, poner los pies en los espacios ocupados por las baterías, lástima el descuido y el nulo mantenimiento a que se lo somete al sitio histórico.

Recuerdo ese tufillo en las aulas, ese dar la idea de la estupidez de las cadenas para parar la flota anglo-francesa, algo que nunca nos dijeron del aceite hirviendo que nunca fue. Porque se le ocurrió a Mansilla pero les pasó a los argentinos con Rosas y eso era suficiente. Se olvidaron de contarnos que la flota estuvo una semana a distancia deliberando estrategias al enterarse del dispositivo, siendo que el tiempo corría a favor de Argentina para organizar las defensas. Las cadenas hicieron peligrar la navegación y no fueron rotas a cañonazos como nos contaban los adultos cuando éramos chicos. Un marino inglés, el Capitán Hope, con un par de cojones grandes, se acercó en una chalupa y lograron cortarla a martillazos con un yunque montado a tal efecto. Pero a esa altura la flota había recibido una murra importante, dejándolos 40 días parados antes de subir el Paraná. Tampoco nos contaron que las cadenas se habían montado río arriba, cerca de Ramallo y fueron destruídas por un temporal días antes, por lo que se trasladó el dispositivo a Obligado.


Mansilla arengó a las tropas. Se cantó el himno con la banda de Patricios. La flota se acercaba. Hoy, a días de sentir tantas cosas por el Bicentenario, de conectarse con esas vibraciones, imaginen el momento de esas tropas al recibir de su jefe estas palabras:

"¡Allá los tenéis! Considerad el insulto que hacen a la soberanía de nuestra Patria al navegar, sin más título que la fuerza, las aguas de un río que recorre por el territorio de nuestro país. ¡Pero no lo conseguirán impunemente! ¡Tremola en el Paraná el pabellón azul y blanco y debemos morir todos antes que verlo bajar de donde flamea!"

Lucio N. Mansilla

Los argentinos murieron alrededor de sus piezas, impactados por un armamento de nueva generación, como los cohetes Congreve y los proyectiles Paixhans, aptos para cañones de alma estriada, que le daban precisión y alcance superior al de las baterías argentinas, algunas traídas de San Nicolás y otras de la isla Martín García antes de ser tomada por Garibaldi, sí, el del monumento en plaza Italia, frente a la Sociedad Rural...

Proyectil Paixhans

Cohetes Congreve


A cargo de las batería Manuelita estaba el Tte. Cnel. de artillería Juan Bautista Thorne, nacido en Nueva York, quien fue sacudido por una explosión que le hace perder un oído, sin dejar el mando pasaría a ser conocido como el Sordo de Obligado. La Mansilla a cargo del Tte Palacios. La batería Brown estaba a cargo del hijo del almirante irlandés, Tte. de Marina Eduardo Brown y la Restaurador Rosas a cargo del Ayudante de Marina Alvaro Alzogaray. El último cañonazo lo envió el Tte. José Romero, quien ya sin municiones y desde el cañón puteó a garganta viva a los invasores hasta que fue ultimado.


En esos 40 días la noticia llegó a Europa en forma de victoria. Se pasearon por París banderas argentinas de los buques que conformaban la barrera, las que hoy están en Invalides. París tuvo una calle llamada Obligado hasta 1947 cuando se la llamó rue d'Argentine. Quedó un café que aún conserva el antiguo nombre.


También sirvieron esos días para curar heridas. En San Nicolás funcionó el hospital destacándose la figura de Petrona Simonino.

Detrás de la flota de guerra venían los barcos mercantes, como 40 años antes, cuando los barcos con telas inglesas fueron el furor de la alta sociedad Montevideana y Porteña de 1806 y 1807. Rota la barrera subían el Paraná en busca de cueros, yerba, tabaco, entre otras cosas.

Lo que sigue es lo que algunos llaman la batalla de Punta Quebracho. Si la encuentran en algún libro de la escuela, el Ibañez, el Manual del alumno bonaerense, el Péuser les doy un premio. Tampoco debe estar en los manuales que hace hoy Santillana, del grupo Prisa, el de Ignacio Polanco.

En realidad más que una batalla fue el descenso a los infiernos para los europeos. Apocalipsis Now, El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad pero con olor a locro.

Lucio N. Mansilla, padre de Lucio V., a pesar de su herida en el estómago con fractura de costilla, sigue a cargo de la misión y traslada baterías y tropa a las barrancas de San Lorenzo y Punta Quebracho (hoy Puerto San Martín). El paso de la flota fue atendido de ida y vuelta a su paso hacia y desde Corrientes con cañones colocados en altura y fuego de fusilería. Nada estaba a salvo. Estallaban las maderas de los buques en todos sus rincones.

Campo de la gloria del Combate de San Lorenzo. Esas mismas barrancas serían testigos, 30 años después, de otra victoria argentina.

Llegados a Goya y con las bodegas llenas la idea de tener que pasar por el mismo infierno los atormentaba. Un vapor de guerra partió de Montevideo para reforzar el convoy que volvía del norte, pero a su paso por San Lorenzo y Punta del Quebracho sufrió graves daños. Lo mismo les pasó a dos vapores recién llegados de Europa y mandados al caldero hirviente.

Tanto en Puerto San Lorenzo y en Puerto San Martín, lugar donde se emplazaron las baterías luego de la Vuelta de Obligado, hoy funcionan sendas cerealeras multinacionales que hacen desde hace años lo que la flota anglo-francesa no logró en su momento. Hay que echar a los mercaderes de nuestros santuarios patrios.

La vuelta fue peor. Se les tiró de todo a su paso. En 3 horas y media les dispararon 1400 tiros de cañón y 20.000 de fusil. Las naves se incendiaban. Los buques cargados con cueros se hundían, flotaban los cadáveres junto a fardos de yerba. A costa de 1 muerto y dos heridos, el 4 de junio de 1846, a 8 meses de la batalla de la Vuelta de Obligado, se vengaba a los muertos en las baterías hundiendo 6 barcos, la mitad de la flota que regresaba y ocasionando 60 bajas al enemigo.


Brasil fue el primero en valorar esta victoria. Con su río Amazonas que atraviesa el corazón de su territorio, necesitaba como la Argentina que se determine en tratados internacionales la soberanía de los países sobre la navegación de los ríos interiores, jurisprudencia que fue la consecuencia más importante de estos hechos. Ya en diciembre de 1845, antes de que la victoria argentina sea clara, el diario “O Brado de Amazonas”, de Río de Janeiro, publicaba: “Triunfe la Confederación Argentina o acabe con honor” y ”Rosas a pesar del epíteto de déspota (Perón, Kirchner, Chávez. ¿Les suena?) con que lo difaman sus enemigos, será reputado en la posteridad como el único jefe americano del sur, que ha resistido intrépido las violencias y las agresiones de las dos naciones mas poderosas del mundo".

En cambio, en Inglaterra, diarios como el Manchester Courrier y el Times informan sobre los negociados entre la casa Lafone, la Aduana de Montevideo y la flota invasora, terminando todo en escandalete.

Carta de San Martín a Guido, 10 de mayo de 1846: ”...los interventores habrán visto por este échantillon que los argentinos no son empanadas que se comen sin más trabajo que abrir la boca...”

Carta de San Martín a Rosas: ”...la batalla de Obligado es una segunda guerra de la Independencia”