LIBIA: Esteban Peralta Losilla le creía a los medios

Junto con el ruso Alexander Jodakov, la libanesa Helene Assaf y la australiana Melinda Taylor del Tribunal Penal Internacional, quedaron detenidos e incomunicados en Zintan, al intentar visitar a Saif Al Islam Kadhafi.

Tal vez creyeron lo de "primavera", lo del baño de democracia que EEUU, Europa y Qatar le dieron a la intrincada ingeniería de la Jamahiriya de un país multitribal. Capaz que la palabra "rebeldes" de tan romántica les pareció señalar a los buenos.

Hay que comprenderlo a Peralta Losilla, es muy difícil encontrar la verdad de Libia debajo de las operaciones de la OTAN en cada titular de El País, El Mundo, ABC y todo el resto. Pensó que iba a la Libia civilizada dejada por Sarkozy y Cameron, por Obama y los Al-Thani. En libia cada ciudad tira para su lado, y en las ciudades grandes, cada barrio. Libia es un mosaico de conflictos tribales todos sangrientos y de extrema crueldad. 

En Kufra los francotiradores toubous han producido bajas en el CNT que intena controlar la zona. Apenas controla las entradas de la ciudad, el desierto que rodea a Kufra es de los toubous. Los mismo pasa en Gadames con los tuaregs. En Trípoli y Bengasi hay refriegas entre barrios.

A qué país pensaban que iban los del tribunal penal internacional, los que denunciaban el contenedor de Viagra de Kadhafi, marionetas del Derecho del Imperio. Hoy la Universidad de Sirte, donde salían los profesionales libios que hacían falta para acoplarse a la inercia de crecimiento económico y social de la Jamahiriya hasta febrero del 2011, tiene cuatro agujeros de misiles de la OTAN en el techo. A ese país fueron.

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