Las autoridades de Myanmar extendieron el toque de queda en el estado de Rakhine, en el oeste del país, tras una escalada de violencia religiosa que causó al menos 7 muertos y 17 heridos. La prohibición de libre circulación, anunciada la víspera por el presidente Thein Sein, se amplió a los distritos de Thandwe, Kyaukphyu y Ramree.
Los enfrentamientos entre la población musulmana y la budista estallaron al inicio de este mes en Maungtaw. Según la administración local, aún hay riesgo de más olas de violencia en la zona. Cerca de cuatro millones de personas son afectados por esa medida. El ejército movilizó también buques de guerra en la zona marítima de la región, para evitar la filtración de individuos que pretenden incitar a desórdenes sociales.
Los altercados entre musulmanes y budistas, estos últimos mayoría en el país, son frecuentes en esa localidad colindante con Bangla Desh. Unos 600 edificios han sido quemados desde el inicio de los choques el 10 de mayo pasado. Según las informaciones, los enfrentamientos comenzaron cuando un grupo de musulmanes perdió la vida a manos de budistas que tomaron venganza por la supuesta violación y asesinato de una mujer seguidora de esa religión.
El 3 de junio, una muchedumbre de budistas detuvo un coche en el que decían viajaban los culpables y mataron a 10 musulmanes. Desde entonces, grupos islámicos han incendiado y causado destrozos en 14 localidades de Maungtaw. El 89 por ciento de unos 60 millones de la población de Myanmar profesan el budismo, mientras cuatro por ciento son seguidores de Islamismo. El gobierno de Bangla Desh reforzó la vigilancia en las puertas fronterizas con Myanmar.-VNA
No hay comentarios:
Publicar un comentario