sábado, 9 de octubre de 2010

AFGANISTÁN: EEUU fue por el oleoducto y se está quedando sin gasoil

Vietnam sigue siendo un trauma para las generaciones de estadounidenses que vivieron durante los años de ocupación. Todos quedaron traumados. Los que fueron y los que lo vieron por TV. Hubo guerra en Vietnam pero también en el corazón de los EEUU. Sus gobernantes, como Nixon, ya venían con traumas preexistentes, desde el útero.

El trauma le sirvió al mundo pues EEUU estuvo unos pocos años renuente a grandes intervenciones militares. Salvo chanchaditas como las de Grenada, de la que nunca se supo nada, y Panamá, nada serio hasta el Golfo, donde papá Bush prometió que no habría un nuevo Vietnam, que las cámaras de los periodistas estarían bien lejos esta vez del frente de batalla.

Hoy en Afganistán se están enfrentando, con un despliegue tecnológico varias veces superior en todo sentido con el usado en Vietnam, a las mismas armas que conocieron allí, todas viejas conocidas: la astucia milenaria, el conocimiento del territorio, el apoyo local, el lanzacohetes RPG 7 y el fusil de asalto AK47. Y vuelven a perder.

De Afganistán los ingleses en el siglo XIX y los rusos en el siglo XX se llevaron una paliza extrema. Occidente en  la asignatura "Afganistán" siempre quedó reprobado y a pesar de tantos libros de Historia en las bibliotecas, nunca aprendió la lección.

Cuando a Latinoamérica le tocó independizarse lo hizo peleando con las mismas armas que el enemigo en grandes batallas de campo. De un lado y del otro eran los mismos fusiles y los mismos sables. Hubo diferencias de experiencia militar y capacidad de provisión de armamento, pero quedó compensado con el coraje y las convicciones.

Países como Vietnam para lograr su independencia debieron enfrentar a la tecnología militar de EEUU, que se había disparado en forma exponencial con el aporte del conocimiento alemán luego de la Segunda Guerra Mundial. La brecha tecnológica entre los bandos se hizo enorme. Los vietnamitas, como respuesta, recurrieron a lo básico.

Cuando te enfrentás a un grandote tus golpes deben ser a sus ojos o a sus bolas. El Vietcong pegaba en los dos lados. La selva cegaba los ojos y las minas y trampas explotaban a la altura de los testículos. La testosterona yanqui se diluía en la podredumbre de la jungla.

En tiempos en que casi ningún país alcanza la tecnología militar de EEUU, es indispensable dejar ciego al grandote y no siempre está la selva. El desarrollo de generadores de grandes campos magnéticos es la clave para destruir de un suspiro hasta el último chips de sus equipos de combate. También un campo a explorar es el desarrollo de láseres que actúen como falsas guías parar desviar misiles guiados por  láser. Ninguna de las dos cosas escapa al conocimiento y la capacidad para un posible desarrollo por parte de científicos latinoamericanos.

Hoy en Afganistán, el Talibán encontró otro talón de Aquiles. La gran maquinaria bélica de la OTAN en Afganistán es un monstruo inerme si se queda sin combustible. Su envío a las bases de la OTAN, a grandes distancias una de otra, se hace con columnas de camiones cisternas provenientes de Pakistán que están siendo atacadas por el Talibán. 

Vuelan camiones por docenas. Es muy fácil. Un RPG 7, disparado aún con poca pericia, difícilmente le erre apuntado al medio del tanque del camión. Con un poco de suerte, los camiones próximos vuelan también. Pueden ir escribiéndolo en los libros de Historia. El Talibán ganó la guerra de Afganistán.

2 comentarios:

Felix Jimenez dijo...

Estoy en total desacuerdo en equiparar al taliban con el Viet Cong y el ejérctito popular vietnamita. Los talibanes son tan canallas en su fundamentalismo religioso como Michelle Bachmann o Rick Perry y no luchan por la libertad de su pueblo sino para imponer la sharia. Son el oscurantismo medieval. Como muestra basta revisar las atrocidades cometidas por el taliban en contra de las mujeres y encontraras una enorme diferencia con el proceso liberación de Vietnamm.

Che Genetic dijo...

Lo comparo con el Vietcong y no con el EPV. De todas maneras la comparación no pasa por sus fines, sus bondades o maldades (el Vietcong en atrocidades no anduvo en chiquitas), sino del uso de tácticas comunes que tienen que ver con la imposiblidadd e enfrentarse a la tecnología de la OTAN desde un combate abierto de ejércitos tradicionales.