lunes, 4 de octubre de 2010

No hubo un golpe contra Correa, fue contra el pueblo ecuatoriano

Cuando fue el golpe de 1976 en Argentina de inmediato y por los años siguientes desaparecerían miles de personas. Desde combatientes armados a militantes sociales, políticos, empresarios, amas de casa, estudiantes, o a cualquiera agendado en agendas capturadas. La inteligencia fue gruesa, escasa, el supuesto tumor era extirpado junto a kilos de tejido sano. Dejaron el agujero de la generación perdida, la porción minoritaria de cada generación que opta por comprometerse y no ver la vida pasar esperando poder cambiar el auto.

Destruyeron la matriz industrial del país dejando a millones sin trabajo calificado. Como después en los '90 la opción era el kiosco, luego se agregó el remis, a cargo de gente con los conocimientos para arreglar una locomotora.

Mientras eso sucedía, Isabel Martínez le tiraba el fideo a un marino de la Armada en medio del lujo de la residencia de El Messidor, con la cordillera nevada de fondo y un hogar con la leña crepitando.


¿El golpe fue a Isabel o al pueblo argentino?

Lo vemos en Honduras. Luego del golpe han asesinado a varios periodistas y a muchos actores sociales de la resistencia. La pobreza en el país aumentó considerablemente en un país que ya era pobre. Zelaya tiene su periplo, el pueblo hondureño uno que ni te cuento.

Cuando los medios nos hablan de la Venezuela de Chávez o la Cuba de Fidel, no es raro luego escucharlos decir que los golpes son contra los gobernantes y no contra los gobernados. Si el golpe contra Correa hubiera triunfado, hoy Ecuador estaría en medio de un parate económico total y en medio de un clima de terror, detenciones, asesinatos y desapariciones. Son esos días donde la inseguridad producto de la delincuencia común pasa a ser un miedo menor, casi imperceptible. Es cuando el Estado que nace del golpe va por el pueblo a caerle con los peores perros de la sociedad.

Los golpes de estado son contra los pueblos, entonces cuando vemos a los medios dubitativos en llamar golpe de estado a un derrocamiento por la fuerza, se autoproclaman, con esas dudas, cómplices de todo lo que viene o podría haber venido después del golpe.

1 comentario:

Ricardo dijo...

Muy buen post.
Certero y sintético.
Clarísimo.

Saludos.