Las generaciones que les tocó la Primera Guerra Mundial arrastraban los padecimientos de vivir bajo monarquías en pleno siglo XX y las injusticias sociales de la revolución industrial del siglo XIX.
Ya en el campo de batalla las monarquías ordenaban cargas imbéciles de miles de soldados contra las alambradas de púa, las ametralladoras, los morteros, las granadas, los obuses inmensos y los gases venenosos de la revolución industrial.
Entre la oficialidad aristocrática de los ejércitos y el soldado raso había un abismo de clase tan oscuro y putrefacto como el fondo de las trincheras. Los soldados morían de a decenas de miles en una mañana. Como ganado al matadero, el silbato ordenaba salir de las trincheras hacia una pared de fuego criminal.
Fue tal el maltrato a la tropa, que a mitad del conflicto una corriente de motín circuló por todas las trincheras del frente occidental, el más sangrante. Ni siquiera los fusilamientos sumarísimos lograron aquietar las aguas. Sólo la mejora en algunos rubros, las rotaciones del frente y los francos lograron algo de calma.
Aún hoy la Primera Guerra Mundial fue la peor de las guerras. Cuando terminó hubo personas y movimientos sociales que realmente creían que era la última. La tragedia atravezó a todas las familias.
En Francia, en los monumentos a los muertos, en las listas de la Primera Guerra, pueden verse aún en pueblo pequeños, varios con los mismos apellidos, hermanos, primos, tíos, padres, abuelos.
En el frente hubo soldados de todas las edades, pues entre 1914 y 1915 las tropas de línea al momento del estallido de la guerra ya habían sido consumidas, por lo cual el reclutamiento fue masivo para abastecer las batallas simultáneas de Verdún y la Somme.
Aún con sus horrores, en la Segunda Guerra Mundial no se usó gas en los frentes de batalla, residuo traumático de la Primera. Ni siquiera el uso de las dos bombas atómicas arrojadas sobre civiles en Japón cambian las mayor perspectiva del horror que vivieron los soldados entre 1914 y 1918.
Para 1919 la gripe española se encargó de darle el tiro final a muchos de esas generaciones condenadas.
Para 1919 la gripe española se encargó de darle el tiro final a muchos de esas generaciones condenadas.
Cuando se observa en Invalides el monumento en la tumba del Mariscal Foch, ve que los de abajo fueron eternizados abajo:
Hubo una batalla no tan renombrada como Verdún y la Somme. Comenzó el 16 de abril de 1917, la batalla de Chemin des Dames, una formación calcárea en el valle de l'Aisne, por eso se la conoce también como Segunda batalla de l'Aisne. También se la denomina Ofensiva Nivelle por el nombre de su comandante. De lado alemán comandaba Erich Ludendorff.
Hubo una batalla no tan renombrada como Verdún y la Somme. Comenzó el 16 de abril de 1917, la batalla de Chemin des Dames, una formación calcárea en el valle de l'Aisne, por eso se la conoce también como Segunda batalla de l'Aisne. También se la denomina Ofensiva Nivelle por el nombre de su comandante. De lado alemán comandaba Erich Ludendorff.
Erich Ludendorff
Francia se proponía quebrar el frente alemán en esa zona, en la cual los alemanes tuvieron varios años para construir defensas muy duras, la peor fue la Cueva del Dragón.
Senegaleses en raras fotografías color:
Todas las posiciones alemanas eran previamente bombardeadas con artillería de calibres siniestros.
Todas las posiciones alemanas eran previamente bombardeadas con artillería de calibres siniestros.
El paisaje lunar que dejaban convencían a los generales en sus castillos de retaguardia que ningún defensor alemán quedaba en pie, pero como en la Somme, la infantería se enteraba del fallido una vez enredados en las alambradas de púa, que sobrevivían intactas a los bombardeos, como los nidos de ametralladoras alemanas que dejaban luego el tendal de muertos.
La abadía de Vauclair quedó en medio de la batalla:
Monumento a los africanos caídos en Chemin des Dames:
Tumbas francesas provisorias en 1917:
Cementerio francés en Chemin des Dames:
Cementerio alemán:
Monumento a los muertos en Chemin des Dames:
Chemin des Dames hoy:
En lo que fue una victoria francesa, con sus 187.000 muertos y heridos contra los 167.000 alemanes, se usaron tanques y tropas de asalto en ambos bandos, las nuevas tácticas que aparecieron sobre el fin de la guerra y que serían las bases de la Segunda Guerra Mundial.
Así lo entendieron los alemanes derrotados y no así los franceses creídos victoriosos que siguieron con el concepto de defensa estática construyendo la Línea Maginot.
Lectura complementaria:
Tropas africanas prisioneras del Tercer Reich
Explosión en Silvertown: Los pobres de Londres y el TNT
Primera Guerra Mundial: Linh Tập, vietnamitas en el frente occidental
La PRIMERA GUERRA MUNDIAL en el blog.
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